
Introducción. La ropa de trekking es la vestimenta técnica diseñada para realizar caminatas de varios días por entornos de montaña y naturaleza. Elegir correctamente cada prenda es crucial para garantizar comodidad, protección y rendimiento durante la actividad. A diferencia de la ropa cotidiana, las prendas de trekking están pensadas para enfrentar cambios bruscos de clima, terrenos irregulares y largas jornadas cargando mochila. En esta guía extensa abordaremos todos los aspectos clave de la ropa de trekking tanto para hombres como mujeres: desde qué es exactamente el trekking y en qué se diferencia de otras disciplinas como el senderismo, pasando por los materiales recomendados y el sistema de capas según la climatología, hasta consejos prácticos para principiantes vs expertos y una selección de marcas reconocidas en este sector. Prepárate para equiparte adecuadamente y disfrutar de la aventura con la vestimenta más adecuada.
Trekking vs senderismo: diferencias en la actividad y la vestimenta
Definición de trekking. El trekking se refiere a travesías a pie de varios días de duración por zonas de montaña o naturaleza, que generalmente implican pernoctar al aire libre (en tienda de campaña o refugio) y ser autosuficiente en cuanto a equipo y provisiones. Es una modalidad de excursionismo más exigente que el senderismo tradicional, tanto físicamente como por logística, ya que requiere planificar rutas largas, llevar una mochila con todo lo necesario (ropa de recambio, comida, saco de dormir, etc.) y estar preparado para condiciones cambiantes. Por ejemplo, un trekking típico podría ser recorrer durante una semana los Pirineos durmiendo en refugios, o el famoso Camino del Himalaya hasta el campamento base del Everest, donde la ruta dura varios días.
Diferencias con el senderismo (hiking). Aunque a veces se usan como sinónimos, el senderismo (o hiking en inglés) suele referirse a caminatas de un solo día por senderos establecidos y de dificultad moderada. La principal diferencia radica en la duración y la autosuficiencia: mientras el senderismo suele ser una excursión de jornada que termina regresando a casa, el trekking implica seguir caminando durante múltiples días, haciendo noche en el camino. Esto conlleva que en trekking debas cargar más equipo (tienda, saco, cocina portátil si es el caso) y planificar etapas, a diferencia del senderista que porta lo justo para el día. Además, las rutas de trekking frecuentemente se adentran en terrenos más remotos y no siempre señalizados, pudiendo incluir tramos de alta montaña fuera de caminos marcados. En un trekking de varios días es común atravesar diversos tipos de terreno (bosques, rocas, pedregales, praderas alpinas) con variaciones de clima, mientras que en senderismo de un día el terreno y condiciones suelen ser más homogéneos y previsibles.
Exigencia y vestimenta. Las diferencias en la actividad implican también diferencias en la ropa y equipamiento utilizados. En senderismo de un día, un excursionista puede permitirse cargar menos prendas de repuesto y optar por ropa cómoda adaptada al clima del momento. Por el contrario, en trekking se debe estar preparado para todo: desde mañanas frías en altura hasta mediodías calurosos en el valle, o tormentas inesperadas en la tarde. Por eso, la ropa de trekking tiende a ser más técnica y versátil, optimizada para el sistema de capas (que explicaremos más adelante) y con materiales de alto rendimiento. Por ejemplo, en un simple sendero de baja montaña bastará con una camiseta transpirable y un forro ligero, pero en un trekking alpino de varios días necesitarás ropa interior térmica, forro polar, chaqueta impermeable, pantalones resistentes, etc., para poner o quitar según cambie el tiempo. En resumen, el trekking es una aventura más larga y exigente que requiere vestimenta más completa y especializada, mientras que el senderismo es una actividad más accesible donde la ropa puede ser más simple. Aun así, ambas disciplinas comparten ciertos elementos esenciales (calzado adecuado, ropa cómoda y transpirable, protección solar, mochila con agua y comida), pero la intensidad y duración del trekking hacen que la elección de cada prenda sea aún más crítica.
Otras disciplinas relacionadas. Cabe mencionar que existen otras actividades de montaña con las que el trekking se solapa, como el montañismo o el alpinismo técnico. El montañismo suele involucrar ascensiones a cumbres y puede requerir equipo específico de escalada (crampones, cuerdas) además de ropa técnica; el alpinismo es aún más especializado y extremo. El trekking, en cambio, se sitúa en un punto intermedio: supera al senderismo en duración y autosuficiencia, pero por abajo del alpinismo técnico en cuanto a dificultad técnica. Aun así, la ropa de trekking de calidad muchas veces es válida también para montañismo no técnico, ya que comparte el objetivo de proteger contra las inclemencias en entornos naturales. La clave es entender el entorno y la exigencia de la ruta que vas a emprender, y elegir tus prendas en consecuencia.
Materiales recomendados en la ropa de trekking
La elección de los materiales es fundamental para garantizar que la ropa de trekking cumpla su función: debe mantenerte seco, cálido o fresco según la necesidad, protegerte de la lluvia y el viento, ser cómoda para moverte y además resistente al uso intensivo. A continuación se resumen los principales materiales y tejidos que se recomiendan en las prendas de trekking, junto con sus características:
- Fibras sintéticas técnicas (poliéster, poliamida/nylon, elastano): Son las más utilizadas en camisetas, forros polares, pantalones y ropa interior deportiva. El poliéster y la poliamida evacúan el sudor y se secan rápido, evitando la sensación de humedad en el cuerpo. Además, son ligeros y relativamente duraderos. El elastano (como el conocido Lycra) suele incorporarse en mezclas para dar elasticidad a las prendas, aportando comodidad y facilitando el movimiento. A diferencia del algodón, las fibras sintéticas no retienen la humedad; por eso se insiste en evitar el algodón en actividades de montaña, ya que tarda mucho en secar y puede enfriar el cuerpo al quedarse mojado. Una camiseta técnica de poliéster, en cambio, expulsará el sudor y estará seca rápidamente. Las prendas sintéticas modernas también pueden incluir tratamientos anti-olor y anti-UV, muy útiles en travesías de varios días.
- Lana merino: Este material natural se ha popularizado mucho en ropa de montaña, especialmente para capas base (camisetas interiores, calcetines y ropa interior térmica). La lana merino tiene la propiedad de ser transpirable y termorreguladora: abriga cuando hace frío pero es capaz de mantenerse fresca cuando hace calor. Además, absorbe la humedad y la aleja de la piel, evitando la sensación de mojado, y algo muy apreciado en travesías largas: minimiza el mal olor incluso tras varios usos. Por ello, unas buenas calcetas de merino o una camiseta interior de merino son excelentes para trekking de varios días. ¿Inconvenientes? Suele ser más cara que la ropa sintética y tarda un poco más en secar que el poliéster, pero el confort y ausencia de olor muchas veces compensan. Algunas prendas combinan merino con fibra sintética para lograr lo mejor de ambos mundos (durabilidad, elasticidad y secado rápido, junto con las propiedades del merino).
- Membranas impermeables y transpirables: Para las capas exteriores (chaquetas y algunos pantalones) es clave usar tejidos que bloqueen la entrada de agua y viento pero permitan la salida del vapor de sudor. La tecnología más conocida es Gore-Tex (y similares como eVent, Dermizax, Pertex Shield, etc.), que consiste en una membrana microporosa integrada en la tela: los poros son lo suficientemente pequeños para que las gotas de agua no entren, pero permiten escapar al vapor de agua. Estas prendas se denominan comúnmente hardshell (capa dura) o tercera capa, e incluyen chaquetas impermeables y pantalones impermeables. También existen tejidos softshell (capa blanda), que son cortavientos resistentes al agua (water resistant) pero no 100% impermeables; a cambio suelen ser más transpirables y elásticos que un hardshell. En trekking, una chaqueta con membrana impermeable es esencial en climas húmedos o de montaña (por ejemplo, un chubasquero Gore-Tex), mientras que en climas secos podrías combinar un softshell para diario y llevar un impermeable ligero en la mochila por si acaso. Lo importante es que la prenda externa proteja de la lluvia, nieve y viento de forma fiable, ya que una mojada fuerte podría arruinar tu travesía. Busca especificaciones como columna de agua (>= 10,000 mm para lluvia intensa) y costuras termoselladas en estas prendas.
- Materiales aislantes térmicos (forro polar, plumas, fibras sintéticas): Para la segunda capa o abrigo, el objetivo es retener el calor corporal. Aquí existen básicamente dos opciones: el forro polar (fleece) de poliéster y las prendas de aislamiento térmico rellenas de pluma o fibra. El forro polar es una tela sintética afelpada que abriga incluso si está algo húmeda y permite cierta transpiración; se usa en sudaderas y chaquetas ligeras. Es perfecto para actividad aeróbica en clima frío moderado. Por otro lado, las chaquetas de plumas (de ganso o pato) ofrecen la mayor calidez-peso: son ultralivianas y muy abrigadas, ideales para frío intenso y para llevar en la mochila sin ocupar espacio. Su pega es que si la pluma se moja, pierde gran parte de su capacidad térmica, por lo que se reservan para condiciones secas o para usar bajo un impermeable. Como alternativa, muchos fabricantes ofrecen chaquetas con relleno sintético (ej. Primaloft, Thinsulate): imitan al plumón en capacidad de abrigo, abrigan incluso húmedas y secan más rápido, aunque suelen pesar un poco más para igual aislamiento. Para trekking invernal, muchos usan una chaqueta de fibra o pluma comprimible que sacan cuando paran o en el campamento, complementada con un forro polar durante la marcha. Elige la segunda capa en función de la temperatura esperada: en verano quizá baste un forro ligero, pero en alta montaña invernal necesitarás una capa de mucho abrigo (plumas grueso o fibras de alto gramaje).
- Tejidos resistentes y anti-abrasión: Otra característica a considerar en la ropa de trekking (especialmente pantalones y chaquetas) es la resistencia al desgaste. Muchas prendas incorporan refuerzos en rodillas, codos o trasero con materiales anti-rozaduras, como Cordura (una poliamida muy resistente) u otras fibras de alta tenacidad. También es común encontrar en pantalones de trekking una mezcla de nylon y elastano de tejido ripstop (anti-desgarro) para soportar enganchones con ramas o rocas sin romperse. Las costuras reforzadas y cremalleras robustas también forman parte de un buen material de trekking. Recuerda que en montaña tu ropa sufrirá roces con la mochila, con piedras al sentarte o incluso caídas; invertir en materiales de calidad evita que tu pantalón acabe roto a mitad de ruta.
En resumen, prioriza materiales técnicos en toda tu vestimenta de trekking. Evita el algodón en cualquier capa (ni camisetas de algodón, ni vaqueros) porque almacena la humedad y tarda en secar, pudiendo causarte frío. Opta por sintéticos o lana merino en las capas interiores, forro polar o rellenos térmicos en capas de abrigo, y membranas impermeables transpirables en las capas externas. Así te aseguras de ir protegido ante diversas situaciones.
Sistema de capas y adaptación a la climatología
La estrategia más efectiva para vestir en actividades de montaña es el sistema de capas o “efecto cebolla”. Consiste en utilizar varias capas de ropa superpuestas, cada una con una función específica, en lugar de una sola prenda gruesa. De este modo, puedes añadir o quitar capas según cambien las condiciones de temperatura, viento o esfuerzo físico, logrando siempre un nivel de confort óptimo. Los pilares clásicos son tres capas: primera capa para gestionar la humedad, segunda capa para aportar calor y tercera capa para proteger del clima exterior.
Primera capa (capa base): Es la ropa que va en contacto con la piel. Su función principal es mantener la piel seca evacuando el sudor lo más rápido posible. Si el sudor se queda en tu cuerpo, al enfriarse te bajará la temperatura y te sentirás húmedo e incómodo. Por ello, la primera capa debe ser altamente transpirable y de secado rápido. Las prendas típicas de esta capa son las camisetas interiores térmicas (manga corta o larga, según clima) y la ropa interior. Como explicamos en la sección de materiales, lo ideal aquí son tejidos sintéticos como poliéster técnico o bien lana merino. Evita el algodón a toda costa en la primera capa, pues una camiseta de algodón se empapará con el sudor y permanecerá húmeda pegada a tu piel, enfriándote. En cambio, una camiseta técnica expulsará la humedad hacia afuera. Lo mismo aplica a la ropa interior: hay calzoncillos, slips y sujetadores deportivos hechos de microfibra transpirable o merino, infinitamente mejores que la ropa interior de algodón para actividades intensas.
Segunda capa (capa intermedia): Su función es conservar el calor corporal que genera tu cuerpo, actuando como aislante térmico. Esta capa puede variar mucho dependiendo de la temperatura ambiente y tu nivel de actividad. En condiciones suaves, podría ser simplemente una sudadera ligera o un softshell delgado; en frío intenso, tal vez necesites dos capas intermedias (por ejemplo un forro polar más una chaqueta de plumas ligera encima). Lo importante es que la segunda capa sea transpirable (para que el sudor que atraviesa la primera capa no quede atrapado) y proporcional al frío que haga. Materiales habituales: forro polar, fibras tipo Polartec®, lanas técnicas, plumíferos o chaquetas de fibra sintética ligera. Hoy día existen segundas capas híbridas que combinan paneles cortavientos en zonas expuestas y tejido polar en otras zonas, optimizando abrigo y ventilación. En cualquier caso, esta capa te permite modular el abrigo: si tienes calor, la guardas; si hace frío, te la pones. En un descanso largo conviene ponerse una capa intermedia extra (por ejemplo, al parar a comer, sacar una chaqueta ligera de pluma para no enfriarse). La versatilidad es clave: un truco es llevar dos capas intermedias finas en vez de una muy gruesa, así puedes usar una, la otra o ambas según necesites.
Tercera capa (capa externa): Es la capa protectora frente al ambiente exterior. Debe impedir que te mojes con la lluvia o la nieve, que el viento frío atraviese hasta tu cuerpo, y a la vez dejar escapar el vapor interno. Aquí entran las chaquetas impermeables (hardshell) y los cortavientos impermeables, así como pantalones impermeables cuando las condiciones lo requieren. Durante la marcha, es posible que muchas veces la tercera capa esté en la mochila si el clima es bueno, pero debe estar siempre accesible por si cambian las condiciones. En la montaña el tiempo puede cambiar bruscamente en minutos – un día soleado puede tornarse tormenta repentina – por lo que nunca está de más llevar una chaqueta de lluvia ligera aunque el pronóstico sea bueno. La tercera capa clásica es una chaqueta con membrana tipo Gore-Tex u otras, completamente impermeable y cortaviento, con capucha ajustable, que te pones encima de todo cuando amenaza lluvia o mucho viento. Si las temperaturas no son muy frías, puedes usar chaquetas llamadas softshell en lugar del hardshell durante la mayor parte de la ruta: son más transpirables y cómodas, aguantan pequeñas lluvias y cortan el viento moderado. Pero siempre lleva un impermeable “serio” de respaldo si hay posibilidad de lluvias fuertes. Recuerda también que esta capa externa sirve de barrera contra el entorno físico: vegetación espesa, rocas, etc. Una buena chaqueta exterior de trekking debe resistir enganchones y tener refuerzos, ya que de nada sirve una membrana si se te rasga al primer roce.
Adaptando las capas al clima y la actividad. La gran ventaja del sistema de capas es la flexibilidad. Debes jugar con ellas constantemente para no pasar ni frío ni calor. Un consejo práctico de montañeros experimentados es comenzar a caminar con una capa menos de la que intuitivamente usarías cuando estás parado. Es decir, si al salir sientes un poco de fresco, es preferible eso a salir abrigado de más y sudar excesivamente en los primeros minutos. Cuando entras en calor andando, te sentiras bien; en cambio, si empiezas con mucha ropa, sudarás, y ese sudor luego puede enfriarte. A medida que la temperatura ambiente o tu nivel de esfuerzo cambien, ajusta tu vestimenta: quítate la capa intermedia en una subida exigente para no empaparte de sudor, o póntela de nuevo al coronar una cima ventosa. Del mismo modo, añade la capa impermeable en cuanto notes las primeras gotas o viento fuerte, no esperes a estar empapado. Ir gestionando las capas es parte del arte del trekking. Con el tiempo, aprenderás a anticipar: por ejemplo, al acercarse el atardecer en altura, ya ponerte una chaqueta antes de que te entre el frío, o durante una pausa largo abrigarte inmediatamente. En climas muy fríos, puede incluso haber una cuarta capa de abrigo (por ejemplo, una parka de plumas gruesa) para ratos estáticos o dormir, pero las tres capas base siguen siendo la referencia.
En cuanto a la climatología específica, adapta las prendas a la estación y región: no es lo mismo un trekking veraniego en el sur de España que uno invernal en los Alpes. Para verano cálido, puedes llevar capas más ligeras (primera capa de manga corta, quizás prescindir de segunda capa llevando solo un softshell fino, pero siempre una chaqueta impermeable por si tormentas). Para alta montaña o invierno: añade ropa interior térmica larga, forro polar grueso o plumífero de alta capacidad y guantes/gorro (ver sección de accesorios). La teoría de las capas se mantiene, solo que eliges versiones más abrigadas o más ligeras según el caso. En travesías de varios días, prepárate para ambos extremos: días soleados donde camines solo con la capa base, y noches frías donde uses todas tus capas juntas. La montaña es variable, y ahí es donde este sistema demuestra su valor.
Tipos de prendas de trekking y cómo elegirlas
A continuación, profundizamos en cada tipo de prenda esencial en la vestimenta de trekking, con consejos para elegir la adecuada en cada caso. Tanto hombres como mujeres encontrarán opciones específicas en la mayoría de estas categorías, aunque funcionalmente cumplan lo mismo. Asegúrate de cubrir de pies a cabeza con prendas adaptadas a la actividad:
La camiseta técnica es probablemente la primera prenda en la que debes pensar. Va justo sobre tu piel (encima de la ropa interior) y es clave para mantenerte cómodo. Para trekking, elige camisetas transpirables de secado rápido, preferiblemente de manga corta o larga según el clima. Como mencionamos antes, los materiales ideales son fibras sintéticas (poliéster técnico, poliamida) o lana merino. ¿Cuál elegir?
- Las camisetas sintéticas de poliéster son ligeras, baratas y muy eficaces evacuando el sudor. Son perfectas con calor y actividad intensa. Su contra puede ser que retienen más el olor tras horas de uso, aunque muchas tienen tratamientos antimicrobianos para mitigarlo.
- Las camisetas de lana merino son suaves al tacto, no generan malos olores fácilmente y abrigan un pelín más con tiempo fresco, manteniendo también frescura en calor moderado. Son ideales para travesías largas donde quizás repitas camiseta varios días. Suelen costar más que las sintéticas.
- También existen camisetas de mezcla merino-sintético, combinando durabilidad y elasticidad con las propiedades anti-olor del merino.
Para verano caluroso, puedes optar por camiseta de manga corta o incluso tirantes (en el caso de mujeres, algunos prefieren directamente un sujetador deportivo técnico que cumpla la función de primera capa superior). En clima frío, es mejor una camiseta de manga larga ajustada tipo termal. Estas a veces se llaman base layer o segunda piel, y pueden tener distintos grosores (lightweight, midweight, etc.). Ten en cuenta el ajuste: la primera capa debe quedar ceñida al cuerpo para funcionar bien (si queda holgada, no gestionará tan bien la humedad).
Un punto importante: lleva al menos una camiseta de repuesto en la mochila. En trekkings de varios días, es recomendable poder cambiarse la camiseta interior cada día o día y medio para dormir seco y evitar enfriamientos. Puedes llevar una de recambio y alternar. Si hace mucho calor y sudas abundante, conviene lavar la camiseta usada y colgarla en la mochila mientras caminas (secará rápido con el sol y viento). Son trucos de trekkers experimentados para mantener la higiene y comodidad.
En resumen, la camiseta/base layer es tu primera línea de confort: invierte en una buena, evita el algodón, y elige en función de la temperatura (manga corta vs larga, grosor del tejido). Notarás la diferencia en cuanto a sudoración y regulación térmica.
Segunda capa: forros polares y chaquetas térmicas
La segunda capa es la prenda (o prendas) que te pondrás sobre la camiseta cuando necesites abrigo adicional. Aquí entran desde un ligero fleece hasta una chaqueta de plumas, dependiendo del frío. Las opciones principales son:
- Forro polar (fleece): Son las sudaderas gruesas o finas de tejido sintético afelpado. Los hay de distintos espesores (microfleece ligero, polar 200 clásico, polar 300 grueso, etc.). Un forro polar clásico (100% poliéster) abriga aun si hay algo de humedad y permite que el cuerpo respire. Es perfecto como capa intermedia en actividades aeróbicas con frío moderado. Además, suelen ser económicos. Para trekking, uno de peso medio (tipo 200) con cremallera completa es versátil: te lo pones al empezar si hace fresco y lo abres o quitas si entras en calor. Marcas como Polartec® son referentes en este material.
- Chaquetas softshell: Son chaquetas generalmente cortaviento y algo cálidas, hechas de tejidos elásticos con interior polar ligero. Un softshell combina un poco la segunda y tercera capa: te protege del viento y de una llovizna ligera, a la vez que da abrigo. En muchos trekkings tres estaciones (primavera-otoño) un softshell puede ser tu segunda capa principal durante la marcha, reservando la chaqueta impermeable solo para lluvia fuerte. Busca softshells transpirables, con interior de forro fino, que te sirvan para caminar sin sudar pero quitar el frescor del viento.
- Chaqueta de fibra sintética: Estas son chaquetas rellenas de aislamiento sintético (tipo Primaloft u otras marcas) en lugar de plumas. Visualmente son como plumíferos ligeros. Tienen la ventaja de que si se mojan siguen manteniendo calor aceptable y secan rápido. Son excelentes como segunda capa en climas húmedos o para personas que prefieren no usar productos de origen animal (pluma). Algunas son muy compactables, caben en una bolsita para guardarlas fácilmente en la mochila cuando no se usan.
- Chaqueta de plumas (down jacket): Un plumífero auténtico (relleno de plumón de ganso o pato) ofrece la mejor relación calor/peso, ideal para frío intenso. En trekking de alta montaña o en invierno, llevar una chaqueta de plumas ligera en la mochila puede ser un salvavidas al llegar al campamento o durante descansos fríos. Hay modelos ultraligeros (relleno 800 cuin por ejemplo) que pesan menos de 400g y abrigan muchísimo. Eso sí, recuerda protegerla de la humedad (lluvia) usando la tercera capa encima, porque la pluma mojada pierde eficacia. Para treks con clima seco o congelado, la pluma es reina; con clima variable, mejor sintético o pluma tratada con repelencia al agua.
- Otros: Un caso intermedio son las prendas de lana gruesa (jersey de lana merino, por ejemplo). No son tan comunes ahora por existir alternativas más técnicas, pero una buena chompa de lana merino también puede ser segunda capa, aportando abrigo incluso húmeda. Suelen ser más usadas en senderismo que en trekking técnico, debido al peso.
¿Cuántas segundas capas llevar? Dependiendo del frío previsto y la duración, podrías llevar una o dos piezas de abrigo. Por ejemplo, en verano alpino podrías llevar solo un forro polar ligero. En un trekking de alta montaña podrías llevar dos: un forro polar + un plumífero ligero para las noches. Lo importante es que puedas combinar: usar una sola mientras caminas si es suficiente, y en paradas o mucho frío ponerte ambas. Esta modularidad te permite enfrentar un rango amplio de temperaturas.
Adaptación hombres/mujeres: Actualmente, las marcas ofrecen forros y chaquetas de abrigo en versiones masculinas y femeninas. Las diferencias suelen ser el corte (las de mujer con algo más de forma en la cintura, mangas más estrechas, etc.) y a veces la paleta de colores. Funcionalmente, busca las mismas características: que abrigue lo necesario, peso razonable y tallaje que te permita ponerla sobre la camiseta interior cómodamente. Las mujeres deben asegurarse de probar con el busto (sobre el sujetador deportivo y camiseta) que no quede tirante la chaqueta. En general, no hay gran diferencia técnica: una chaqueta de fibra de mujer abriga lo mismo que la de hombre equivalente, solo varía la forma. Así que la elección se basa en ajuste al cuerpo y gusto personal de estilo.
En conclusión, la segunda capa es tu fuente de calor regulable. Elige piezas de calidad, ligeras y que puedas combinar. Si eres principiante, un buen forro polar + un cortavientos pueden bastar. Si eres más avanzado en montaña, seguramente tengas ya tu chaqueta de plumas favorita para las noches frías o situaciones extremas. Lo importante es no subestimar el frío: más vale llevar abrigo de sobra en la mochila que pasar penurias.
Tercera capa: chaquetas impermeables y cortavientos
La tercera capa es la barrera entre tú y los elementos externos. En trekking, una buena chaqueta impermeable es indispensable tarde o temprano, porque el tiempo en montaña es impredecible. Esta sección abarca tanto las chaquetas impermeables con membrana (hardshell) como otros elementos externos como capas de lluvia poncho, pantalones impermeables y cortavientos ligeros.
Chaquetas impermeables (Hardshell): Son chaquetas generalmente de materiales laminados con membrana (por ej. Gore-Tex, eVent, Pertex, etc.) que ofrecen impermeabilidad total (≥10000 mm de columna de agua) y protección cortaviento absoluta. Deben tener costuras selladas, capucha ajustable (capaz de cubrir la cabeza incluso con gorro o casco si es el caso) y cierre frontal resistente. En trekking no hace falta que sea tan robusta como las de alpinismo extremo, pero sí que aguante lluvias fuertes y viento de montaña. Muchas chaquetas hardshell modernas vienen en 2.5 o 3 capas: eso se refiere a la construcción interna de la membrana con forros. Una chaqueta de 2.5 capas es más ligera y compactable (ideal para llevar siempre en la mochila), mientras que una de 3 capas suele ser más resistente y duradera (para uso constante con mochila, roces, etc.). Ejemplos: la Forclaz MT100 impermeable de Decathlon es una opción económica para iniciarse; en gama alta, una Arc’teryx Beta o Patagonia Torrentshell ofrecen máxima protección a mayor precio.
Transpirabilidad: Un punto importante al elegir chaqueta impermeable es su capacidad de transpirar (para que el sudor no te empape por dentro). Las membranas tienen índices de transpirabilidad (ej: 10,000 g/m²/24h significa que puede evaporar 10 litros por m² al día). Cuanto mayor, mejor para actividades intensas. Además, detalles como cremalleras de ventilación en las axilas (“pit zips”) ayudan a refrescarte sin quitarte la chaqueta. Si vas a caminar bajo lluvia ligera pero constante, apreciarás una chaqueta que no condense adentro.
Cortavientos ligeros: A veces en climas secos, puedes llevar una chaquetilla cortaviento sin membrana impermeable (o con resistencia ligera al agua). Son súper transpirables, bloquean el viento fresco y pesan muy poco (algunas se guardan en un bolsillo del tamaño de un puño). Pueden ser útiles en ascensos con viento donde una hardshell completa haría que sudes demasiado. Sin embargo, no reemplazan a la chaqueta impermeable: son complementarias. Un ejemplo clásico es la “Windbreaker” de toda la vida o chaquetas tipo softshell finas. Muchos trail runners las usan, y para trekking pueden servirte si el pronóstico es seco pero ventoso. Aun así, repito: lleva un impermeable serio por si acaso.
Pantalones impermeables: No olvidemos las piernas. En muchas travesías con mal tiempo, unos cubrepantalones impermeables pueden marcar la diferencia entre continuar o abandonar. Estos pantalones se ponen encima de tus pantalones de trekking cuando llueve fuerte o hay vegetación mojada. Suelen tener cremalleras laterales para poder ponértelos sin quitarte las botas. Si vas a zonas de alta montaña o clima muy lluvioso (p.ej. trekking en Escocia, Patagonia), mete en tu mochila un pantalón impermeable ligero. Para rutas cortas con buen clima pronosticado, podrías prescindir de ellos, pero es un riesgo. Alternativamente, algunos pantalones de trekking avanzados ya vienen con membrana impermeable incorporada, aunque sacrifican algo de transpirabilidad.
Ponchos de lluvia: Algunos senderistas optan por ponchos amplios que cubren cuerpo y mochila a la vez. Pueden funcionar en senderismo, pero en trekking de montaña con viento un poncho puede ser incómodo (se vuela, se engancha). Mejor una buena chaqueta y funda de mochila impermeable por separado.
Accesorios de la tercera capa: Incluyo aquí también polainas o cubrebotas (gaiters) si vas a pisar nieve o barro profundo, para que no entre agua/piedras por el tobillo del calzado; y la funda impermeable de mochila para proteger tu equipo. No son prendas que vistas, pero complementan tu protección contra el clima.
En síntesis, la tercera capa es tu seguro contra el mal tiempo. No escatimes en ella: una tormenta en alta montaña sin chaqueta impermeable puede ser peligrosa. Incluso en climas benignos, lleva siempre al menos un cortavientos impermeable compactable. Revisa que tu chaqueta te quede bien encima de todas las otras capas (pruébatela con forro polar debajo, etc.), que te permita levantar los brazos, agacharte y mover la cabeza con la capucha puesta. Y recuerda impermeabilizarla periódicamente con sprays o productos recomendados, porque con el uso las membranas requieren mantenimiento para seguir siendo efectivas.
Pantalones de trekking
Los pantalones merecen una atención especial. Un error común de principiantes es usar cualquier pantalón deportivo o, peor, de algodón (como jeans o chándal viejo) para ir a la montaña. En trekking, los pantalones adecuados te darán comodidad, libertad de movimiento y protección en las piernas.
Características clave: Los pantalones de trekking suelen estar hechos de tejidos sintéticos resistentes (nylon, poliéster) a menudo con un porcentaje de elastano para que estiren. Deben ser flexibles para permitir zancadas amplias, subidas de roca, cuclillas, etc. y a la vez lo suficientemente duraderos para no romperse al rozar con ramas o rocas. Muchas veces incorporan paneles reforzados en rodillas y trasero. Además, es importante que sean transpirables; algunos vienen con cremalleras de ventilación en los muslos para airear en subidas duras. El secado rápido también es fundamental: puede que tengas que cruzar un río o soportar llovizna, y conviene que tus pantalones se sequen pronto después.
Tipologías según clima: Existen modelos convertibles a shorts mediante cremalleras por encima de la rodilla, muy prácticos en verano (por la mañana caminas con pantalón largo si hay fresco o vegetación densa, y al calor del mediodía quitas las perneras y te quedas en short). Si tu trekking combina climas, estos son una buena opción. También hay pantalones modulares con capas: algunos traen una malla térmica interior desmontable para invierno. En clima frío, puedes necesitar llevar debajo una malla térmica (long johns) adicional. Para invierno riguroso o alta montaña, hay pantalones específicos con membrana cortaviento/impermeable y relleno ligero, pero para trekking estándar de 3 estaciones generalmente basta con uno exterior + la opción de añadir mallas debajo si hace frío.
Ajuste: Los pantalones de trekking deben quedarte cómodos en la cintura (muchos traen cinturón integrado o elástico ajustable) y ni muy sueltos ni muy pegados en las piernas. Un corte articulado en la zona de la rodilla se agradece para facilitar flexionar. El largo ideal es hasta el tobillo o un poco más para cubrir la bota; muchos traen cordón o velcro en los bajos para ajustarlos y que no arrastres ni entre nada por debajo. Pruébate los pantalones con el tipo de ropa interior/mallas que usarás y moviéndote (levanta rodillas, agáchate) para comprobar que no tiran en la entrepierna.
Bolsillos: Suele ser útil que tengan varios bolsillos con cremallera, especialmente bolsillos laterales tipo cargo en los muslos, para guardar cosas de acceso rápido (mapa, navaja, snack). Asegúrate de que si te sientas con la mochila los bolsillos no molestan con el cinturón de la mochila.
Hombre vs mujer: Las versiones femeninas de pantalón de trekking se ajustan a la cintura más estrecha y caderas más anchas típicas de la mujer. Es importante para ellas probar distintos modelos ya que el fit varía por marca; algunas tienen tiro más alto o más bajo. Muchas mujeres también usan mallas deportivas (leggins técnicos) para senderismo suave, pero para trekking de varios días un pantalón de trekking tradicional ofrece mejor protección y bolsillos. Un truco si eres mujer: unos leggins térmicos debajo de un pantalón trekking holgado funcionan muy bien en frío intenso, dando doble capa.
Ejemplos: Para principiante, unos pantalones básicos de senderismo (por ejemplo los Quechua MH500) pueden servir en la mayoría de situaciones de buen tiempo. Si vas a terrenos rocosos o espesos, busca modelos más robustos tipo Softshell de montaña que resisten abrasión y cortan algo el viento. Pantalones reconocidos en el mercado: Columbia Silver Ridge (muy populares en clima cálido, convertibles), The North Face Exploration, Trangoworld TRX2 (línea más técnica española), etc.
En definitiva, no descuides tus piernas: mantenerlas cómodas y protegidas te permitirá caminar largas horas sin molestias. Un buen pantalón de trekking, ligero pero resistente, es una de las mejores inversiones para el senderista frecuente.
Ropa interior técnica
La ropa interior es un componente a veces subestimado, pero en trekking es vital para la comodidad en largas jornadas. Incluimos aquí tanto la ropa interior íntima (calzoncillos, bragas, sujetadores deportivos) como capas interiores largas (mallas térmicas) cuando apliquen.
Calzoncillos/Bragas: Opta por ropa interior deportiva hecha de material sintético o merino, similar a las camisetas. Evita nuevamente el algodón en esta prenda, porque la combinación de sudor + roce puede causar irritaciones serias (además de secar lento). Hay calzoncillos tipo boxer de microfibra sin costuras muy cómodos para hombres, que minimizan rozaduras en ingles durante largas caminatas. Las mujeres pueden usar braguitas deportivas de poliamida sin costuras, que evacúan el sudor y no producen rozaduras. Un problema común en trekking son las rozaduras en la entrepierna por la fricción, especialmente si la ropa interior no es adecuada. Para evitarlo: lleva la talla correcta (ni muy suelta ni muy apretada), usa crema anti-rozaduras si es necesario, y considera modelos sin costuras sobresalientes. Un tejido suave y transpirable mantendrá tu zona íntima seca y libre de irritación.
Sujetador deportivo: Para las mujeres, un buen sujetador deportivo es esencial. Debe brindar soporte suficiente en caminatas con brincos o saltos, pero sin oprimir ni generar rozaduras con la mochila. Se recomienda uno de impacto medio o alto dependiendo del busto, preferiblemente sin aros (los aros pueden clavarse tras horas con la mochila). Los materiales igual: transpirables, de secado rápido. Muchas marcas outdoor tienen líneas de bras deportivos pensados para trekking/running, que combinan sujeción y tejido técnico. Prueba llevar la mochila con el sujetador puesto para asegurar que las tiras del bra no interfieran con las del morral.
Mallas térmicas (leggins interiores): En climas fríos, tanto hombres como mujeres pueden usar mallas largas térmicas debajo del pantalón. Son básicamente camisetas de primera capa pero para piernas. Su misión es aportar calor extra y mantener las piernas secas del sudor. En invierno, unos buenos long johns de merino bajo el pantalón permiten soportar temperaturas bajas cómodamente. Si no hace tanto frío al iniciar la caminata, puedes llevar las mallas guardadas y ponértelas al acampar o en el siguiente día si enfría. También sirven como ropa para dormir en saco, manteniendo calor e higiene. Asegúrate de que las mallas sean ceñidas y elásticas, y de material técnico (de nuevo, poliéster/elastano o merino, nada de algodón).
Cambios de interior: Para travesías de varios días, lleva varios pares de ropa interior para ir cambiando a diario. Aunque la capa exterior puedas repetirla, usar ropa interior limpia cada día evita infecciones, rozaduras y mejora tu confort. Un truco en rutas largas es lavar las prendas íntimas cada noche (con jabón neutro biodegradable) y colgarlas – muchas veces se secan para la mañana siguiente si el clima es seco. O alternar dos pares cada dos días.
En suma, la ropa interior técnica mantiene las áreas más sensibles de tu cuerpo en buen estado durante el esfuerzo. No la subestimes: unos calzoncillos inadecuados pueden arruinarte la caminata con heridas por roce. Invierte en un par de calidad y reserva los de algodón para cuando vuelvas a casa.
Calcetines de trekking
Los calcetines merecen capítulo aparte porque unos pies en mal estado pueden darte fin a la aventura. En trekking, los pies soportan largas distancias y peso, así que debemos cuidarlos con calcetines adecuados para evitar ampollas, mantenerlos secos y abrigados según corresponda.
Material: Los mejores calcetines para trekking son de lana merino, de fibras sintéticas o mezcla de ambas. ¿Por qué? Porque estos materiales gestionan muy bien la humedad del sudor, se secan rápido y previenen rozaduras. La lana merino, en particular, tiene la propiedad de no retener olores y aislar térmicamente incluso húmeda, por eso es tan popular en calcetines técnicos. Evita calcetines 100% algodón, ya que acumularán sudor, reblandecerán la piel y fomentarán ampollas.
Grosor y altura: Escoge el grosor de calcetín en función de la temperatura y el calzado. Para clima cálido, hay calcetines ligeros y transpirables, tobilleros o de caña media, que evacuan bien el sudor. Para clima frío o alta montaña, se usan calcetines térmicos más gruesos, incluso algunos con mezcla de materiales térmicos (merino pesado, fibras acrílicas) que aportan mayor abrigo. También existen calcetines de doble capa (un forro interior y exterior integrados) diseñados para minimizar la fricción en la piel – estos van muy bien para prevenir ampollas. En cuanto a la altura, en botas de trekking normalmente se usan calcetines de caña alta que sobrepasen el collar de la bota para que no haya roce directo de la bota con la piel. En botas bajas o zapatillas de aproximación, valen calcetines de caña media.
Acolchado y ajuste: Buenos calcetines de trekking suelen tener zonas acolchadas (puntera, talón, planta) para amortiguar el impacto y relleno donde típicamente hay más roce. También incluyen bandas elásticas de ajuste en el puente del pie y el tobillo, evitando que se arruguen o muevan. Un calcetín que se desliza dentro de la bota es receta segura de ampollas, así que fíjate que te queden ajustados pero sin comprimir demasiado. Si notas arrugas al ponértelos, cámbialos o recolócalos.
Cambio y cuidado: Siempre lleva calcetines de repuesto. Lo ideal es cambiarlos diariamente, especialmente si se han mojado por sudor o humedad externa. Un pie con calcetín húmedo es más propenso a heridas. Al final de cada jornada, quítate los calcetines, deja que tus pies respiren y seca o lava los calcetines usados. Dormir con calcetines secos y limpios ayudará a que tus pies se recuperen mejor. Puedes llevar un par más grueso reservado solo para dormir si hace frío (calcetines de lana limpitos dentro del saco, una delicia para pies cansados).
Doble calcetín: Algunos excursionistas usan la técnica de doble calcetín: un calcetín liner fino de seda o sintético debajo, y encima el calcetín grueso. Esto puede reducir la fricción en la piel, pasando el roce entre los dos calcetines. Puede funcionar para quienes sufren muchas ampollas, pero requiere que la bota tenga un pelín de espacio extra. Si pruebas esto, asegúrate que no quede muy apretado el pie con dos capas, pues sería peor.
Recuerda que unos pies secos, calientes (pero no sudados) y cómodos son tu sostén en la caminata. Un buen par de calcetines de trekking puede costar más que uno normal, pero valen cada euro si evitan una ampolla dolorosa en mitad de la montaña.
Accesorios adicionales: guantes, gorros y otros complementos
Para completar tu indumentaria de trekking, no olvides ciertos accesorios textiles que pueden marcar la diferencia en comodidad y protección:
- Gorro o bandana: Por la cabeza se pierde mucho calor, así que en clima frío lleva un gorro de lana o forro polar que cubra orejas. En temporadas cálidas, una gorra con visera o un sombrero tipo ala ancha es fundamental contra el sol de alta montaña. También son populares las bragas de cuello (buff) de material elástico, que sirven de cuello, cinta para el pelo, pasamontañas ligero o hasta filtro contra el polvo según se necesite. Este tipo de tubulares multifunción son muy útiles y apenas ocupan espacio.
- Guantes: En montaña conviene proteger las manos tanto del frío como de posibles raspaduras. Unos guantes ligeros de forro polar o softshell son útiles en amaneceres fríos o a cierta altitud incluso en verano. Para invierno, añade guantes más robustos, tipo guantes impermeables o de esquí si enfrentarás nieve. Muchas veces se combina un guante fino debajo (liner) y encima un manopla impermeable en clima muy crudo. Lo importante: no perder destreza (que puedas agarrar bastones, manipular cremalleras) y mantener dedos calientes para prevenir congelamiento o torpeza.
- Calcetines de repuesto en el día: Ya mencionamos calcetines, pero como consejo: en rutas largas de un día, llevar un par extra en la mochila para cambiarte a mitad de jornada si se mojan los que llevas puede revitalizar tus pies. Un accesorio simple pero efectivo.
- Mangas o perneras desmontables: Existen mangas de brazo y perneras que se venden por separado, hechas de lycra o tejidos térmicos. Pueden ser útiles para ajustar tu vestimenta sobre la marcha (por ejemplo, subes con camiseta corta y mangas puestas, si te da calor te quitas solo las mangas sin cambiar toda la camiseta). Son opcionales, más usadas en ciclismo/trail pero también válidas en trekking.
- Pañuelo o buff para el cuello: Para proteger la garganta del viento o el sol. Un pañuelo de seda o algodón (aquí sí se puede usar algodón sin problema) también sirve para múltiples usos en trekking (limpiar, improvisar una venda, tapar el cuello, etc.).
- Gafas de sol: Importantísimas en montaña por la radiación UV aumentada en altura y el posible deslumbramiento en nieve. Aunque no es ropa, nunca olvides unas gafas de sol de buena categoría UV en tus rutas.
- Protección solar: También entra en complementos: usa gorra/sombrero, pero además protector solar en piel expuesta para no quemarte en altura, y bálsamo labial. Un quemadura solar o labios agrietados pueden hacerte pasar mal rato.
- Polainas: Mencionadas antes, sirven para nieve, barro o lluvia, evitando que entre por el tobillo. Son muy recomendables en terrenos nevados o lodosos.
Cada accesorio tiene su momento, pero más vale llevarlos “por si acaso”. Puedes guardar gorro y guantes en la mochila aunque creas que no hará frío; en un paso de alta montaña el viento puede ser gélido incluso en verano. Asimismo, en un trekking soleado una insolación puede arruinarte, de ahí la gorra y gafas. Los complementos ocupan poco pero aportan mucho. Piensa en las extremidades y áreas sensibles: cabeza, manos, pies, cuello, ojos, piel – y lleva algo para proteger cada una.
Recomendaciones según el nivel de experiencia
La selección de ropa de trekking también varía según la experiencia del practicante. No es lo mismo equipar a un principiante que va a hacer sus primeras rutas cortas, que a un montañero experimentado preparando una travesía de una semana en alta montaña. A continuación, algunos consejos diferenciados para nivel principiante y nivel avanzado, considerando necesidades, presupuesto y prioridades de cada uno:
Nivel principiante
Si estás iniciándote en el trekking o senderismo de montaña, probablemente aún estés formando tu kit de ropa poco a poco. No necesitas tener lo más caro ni lo más técnico de entrada, pero sí hay mínimos que conviene cubrir:
- Empieza por lo esencial: Invierte primero en calzado adecuado y calcetines técnicos, luego en una buena chaqueta impermeable y ropa que puedas usar en capas. Son los elementos críticos para tu seguridad y comodidad. Por ejemplo, unos pantalones deportivos sintéticos que ya tengas pueden servir al inicio, pero una chaqueta impermeable decente es obligatoria para no acabar empapado en caso de lluvia.
- Usa lo que tienes (si es adecuado): Revisa tu armario de ropa deportiva: seguramente tengas camisetas transpirables de correr o de gimnasio que sirven como primera capa. Mallas de running pueden funcionar bajo pantalón si hace frío. Así no tienes que comprar todo de golpe. Lo que no uses es algodón o jeans; pero prendas de poliéster que ya tengas son un buen inicio.
- Prueba en salidas cortas: Antes de meterte en un trekking largo, haz salidas de 1 día para probar tu vestimenta. Así descubrirás si esos calcetines te rozan, si te quedaste con frío por falta de una capa, o si la chaqueta “respira” bien. Aprende de cada salida y ajusta tu equipo.
- Capas versátiles: Para no gastar en mil prendas, elige piezas polivalentes. Por ejemplo, una chaqueta softshell con capucha te puede servir como abrigo ligero y algo de cortaviento/lluvia para rutas fáciles. Un forro polar intermedio puede usarse tanto en montaña como en ciudad. Busca ropa de trekking que también puedas aprovechar en otras actividades, así rentabilizas la inversión.
- Cuidado con el peso: A veces el principiante lleva de más “por si acaso” y termina con una mochila muy pesada. Aplica esto a la ropa: llévate lo necesario según la previsión, pero no dupliques prendas inútilmente. Por ejemplo, no cargues 3 forros polares “por si mucho frío” en una ruta veraniega; mejor uno y una chaqueta impermeable. Cada kilo cuenta cuando caminas.
- Presupuesto y marcas económicas: No hace falta comprar las marcas top para empezar. Tiendas como Decathlon (Quechua/Forclaz) ofrecen ropa de trekking asequible y de calidad razonable para iniciarse. Puedes conseguir camiseta técnica, polar y pantalón sin gastar una fortuna. Ya habrá tiempo de mejorar equipo si te apasiona la actividad. Eso sí, en calzado e impermeable, dentro de tu presupuesto ve a por lo mejor que puedas, porque ahí barato sale caro (unas botas malas pueden arruinarte los pies).
- Aprende a usar las capas: Practica en salidas cortas lo de quitar y poner capas, entender cómo reacciona tu cuerpo. Un error típico inicial es caminar abrigado de más y sudar en exceso; aprende a ventilarte (abrir cremalleras, quitarte gorro) antes de empaparte. Con la experiencia, anticiparás mejor tus necesidades.
- No te obsesiones con toneladas de ropa: A veces se ve principiantes con ropa excesiva: doble pantalón cuando no hace falta, tres camisetas puestas… Manténlo simple pero eficaz: una buena capa base, una intermedia si se requiere y una capa de lluvia en mochila. Eso suele bastar en clima templado. Menos pero funcional es más.
En resumen para principiantes: prioriza comodidad y seguridad (que no pases frío, que no te mojes, que no te salgan ampollas). No es necesario el último tejido ultraligero ni gastar 500€ en una chaqueta. Con el tiempo, si te enganchas al trekking, irás afinando tu equipo. Por ahora, cumple con lo básico: ropa ligera, por capas, y de materiales técnicos simples. Y siempre lleva algo de abrigo y impermeable aunque creas que no lo usarás, porque la montaña es impredecible. Mejor cargar un poco extra que lamentar no tenerlo.
Nivel experto
Si ya eres un trekker experimentado, seguramente conoces tus preferencias y has vivido en carne propia qué funciona y qué no. Las recomendaciones para expertos se orientan a optimizar y especializar tu equipamiento:
- Ultraligero vs durabilidad: Muchos montañeros avanzados empiezan a inclinar la balanza entre peso del equipo y su resistencia. Dependiendo de tus objetivos (trekking rápido tipo fastpacking o expedición prolongada), ajusta tu ropa. Por ejemplo, en travesías largas quizás prefieras una chaqueta impermeable de 3 capas muy robusta que aguante trote, aunque pese más; mientras que en un fastpack de 2 días puedes llevar un cortavientos impermeable superligero para ahorrar peso. Toma decisiones conscientes sobre cada prenda: ¿puedo aligerar sin comprometer seguridad? Los expertos a veces invierten en prendas premium de marcas top (Arc’teryx, Montane, etc.) para ahorrar gramos y volumen.
- Capas adicionales especializadas: A niveles avanzados, conoces situaciones específicas. Puedes considerar llevar piezas extra como unos pantalones de lluvia ultraligeros, o una chaqueta de plumas de alta gama si vas a alta altitud. El sistema de 3 capas se queda corto en expediciones de mucho frío, donde añades la famosa “cuarta capa” (parka de pluma grande). Los expertos suelen tener un arsenal de prendas y eligen según la ruta exacta. La recomendación es planificar bien tu equipo en función del itinerario y clima esperado. Por ejemplo: Trekking de altura en Andes – llevar plumón grueso, guantes dobles, etc. Trekking selvático – ropa muy transpirable, de secado ultra rápido, colores neutros (camuflarse un poco y no atraer insectos), etc.
- Sistemas modulares: Los expertos suelen combinar equipo de forma creativa. Por ejemplo, dormir en altura con toda la ropa puesta dentro del saco para aumentar el rango térmico del saco. O usar una chaqueta de plumas ligera dentro del saco a modo de vapor barrier en frío extremo. Estas técnicas avanzadas requieren entender bien cómo funciona tu ropa. Experimenta en salidas controladas antes de usarlas en situaciones críticas.
- Ropa de repuesto mínima: Con la experiencia se aprende a optimizar la ropa de recambio. Un experto probablemente no llevará 4 camisetas para 4 días; quizás lleve 2 y las va alternando y secando. Sabe que un poco de olor o suciedad es normal en expediciones, primando la funcionalidad. También sabrá exactamente cuántos pares de calcetines necesita según los días y capacidad de secado en campamento. Esta eficiencia en repuestos reduce peso. Eso sí, un experto nunca compromete la seguridad: no por aligerar dejará de llevar la chaqueta de abrigo necesaria.
- Conoce tus marcas y materiales favoritos: A estas alturas, sabrás por ejemplo si toleras mejor el merino o prefieres 100% sintético en base layers, si tal marca de botas te va mejor por tu tipo de pie, etc. Usa ese conocimiento a tu favor para invertir en piezas de calidad. Un experto quizá decide gastar más en unos pantalones Mammut o Haglöfs porque sabe que le durarán 10 años de trote, o en una chaqueta Patagonia por su filosofía sostenible y garantía.
- Personalización: Algunos montañeros expertos personalizan su ropa: recortan etiquetas, le añaden tiradores más largos a cremalleras para usar con guantes, impermean de nuevo sus chaquetas con tratamientos DWR periódicamente, etc. Mantén tu equipamiento en buen estado. Una chaqueta cara no rinde siempre igual; debes lavarla y reimpermeabilizarla cuando toca. Un experto cuida su inversión en ropa técnica.
- Siempre preparados: Por muy experto que seas, la montaña siempre puede sorprender. Así que sigue llevando esa capa extra “por si”, esos guantes de más en invierno, etc. La diferencia es que el experto ya sabe exactamente qué llevar y cuándo usarlo. A veces, la experiencia te permite arriesgar un poco más (sabiendo leer el clima, puedes decidir dejar algo en base), pero esto conlleva responsabilidad. La recomendación general es seguir la regla de oro: Plan para lo peor, espera lo mejor. Es decir, ten un plan B con tu ropa (¿y si empeora brutalmente el tiempo? Tengo mi capa extra).
- Equipo de emergencia: Relacionado con ropa, un experto casi siempre lleva en su mochila algún kit de reparación: un par de imperdibles, cinta americana o parches tenacious tape, unos cordones de zapato extra que sirven de cuerda, etc. Esto es útil si se te rompe un pantalón, revientas una costura, o hasta para improvisar un torniquete en primeros auxilios. Es parte de la “ropa” en sentido amplio, y los veteranos no salen sin algo de esto.
En síntesis, al nivel experto la clave es optimización y conocimiento. Tu meta es minimizar peso y maximizar rendimiento de tu vestimenta, sin sacrificar seguridad. Disfrutas comparando un polar de 200g vs uno de 300g para decidir cuál llevar, o probando esa nueva membrana ultralight en tus chaquetas. Sigue compartiendo experiencias con la comunidad (foros, grupos de montaña) para aprender trucos nuevos, pero confía en tu propia vivencia. Al final, cada persona desarrolla su sistema de indumentaria ideal con los años. Y recuerda que hasta los expertos se enfrentan a la imprevisibilidad de la naturaleza, así que humildad y prudencia siempre.
Marcas destacadas de ropa de trekking
El mercado ofrece multitud de marcas especializadas en ropa y equipamiento de montaña. A continuación, enumeramos algunas marcas reconocidas en el mundo del trekking, tanto internacionales como de origen español, que se han ganado la confianza de los aventureros por la calidad de sus productos:
- The North Face – Probablemente la marca outdoor más famosa a nivel mundial. Ofrece un catálogo amplísimo de ropa de montaña para todas las actividades (trekking, alpinismo, trail running, etc.). Es conocida por incorporar tecnología de vanguardia y mantener buenos estándares de calidad. Lema: Never Stop Exploring. Sus chaquetas impermeables y forros polares son muy populares.
- Patagonia – Marca estadounidense destacada por su filosofía ambiental y productos de altísima calidad. Sus prendas (chaquetas, pantalones, capas base) suelen ser duraderas y técnicas, con énfasis en materiales reciclados y sostenibles. Son pioneros en garantizar reparabilidad y alentar a comprar solo lo necesario. Famosos por chaquetas como la Patagonia Torrentshell o sus forros R2. Precio elevado pero gran responsabilidad ambiental.
- Salomon – Firma francesa muy reconocida, originaria de los Alpes. Especializada en trail running y deportes de montaña, pero con una amplia línea de ropa de trekking y senderismo. Sus botas y zapatillas son de las mejores, y su ropa (cortavientos, pantalones softshell) destaca por la innovación. Ofrecen equipamiento pensado para movimiento rápido en montaña, ligero y funcional.
- Columbia – Marca estadounidense veterana en outdoor, de precio medio y orientada a un público amplio. Columbia ofrece desde chaquetas impermeables con su membrana Omni-Tech hasta camisas de trekking con protección solar. Suelen tener buena relación calidad-precio y es fácil de encontrar. Ideal para quien quiere equiparse sin gastar demasiado pero confiando en una marca experimentada.
- Arc’teryx – Marca canadiense de gama alta, referente en ropa técnica de alto rendimiento. Sus chaquetas hardshell (como la Beta AR), forros polares y mochilas están entre los mejores del mercado en cuanto a materiales y diseño, pensados para condiciones severas. Es costosa, dirigida a montañeros exigentes. Si buscas lo top en ligereza y funcionalidad (y puedes invertir), Arc’teryx es de lo mejor.
- Mammut – Marca suiza centenaria especializada en alpinismo y escalada, pero con gran catálogo de trekking. Sus productos son sinónimo de robustez y calidad suiza. Ofrecen chaquetas con membrana propia DRYtech, vestimenta térmica, así como arneses, cuerdas (son líderes en cuerdas) y otros. En ropa de trekking tienen líneas tanto para principiantes como gama Pro. Diseño sobrio y funcional.
- Salewa – Firma italiana/alemana muy apreciada en Europa. Combina tradición alpina con innovación. Destaca en botas y material de escalada, pero también en ropa: pantalones de trekking, chaquetas softshell y forros de excelente acabado. Su línea Salewa Alpine está hecha para trekkings difíciles en los Dolomitas y Alpes, por lo que se adapta bien a cualquier montaña.
- Trangoworld – Marca española (de Aragón) especializada en ropa de montaña y aventura. Muy valorada en la península, con amplia gama desde ropa de trekking, escalada, hasta camping. Sus prendas TRX Series están pensadas para actividades intensas con materiales técnicos avanzados. Es conocida por su calidad y resistencia; por ejemplo, pantalones Trangoworld con refuerzos son favoritos de muchos senderistas nacionales.
- Ternua – Marca vasca que ha ganado prestigio internacional por su compromiso con la sostenibilidad. Fabrica ropa de montaña ecológica, usando materiales reciclados (como botellas de plástico recuperadas del mar) y tratamientos libres de PFC. Sus diseños son modernos y funcionales; ofrecen chaquetas, forros y mochilas tanto para trekking como uso urbano outdoor. Ideales para quienes buscan equiparse de forma más eco-responsable sin sacrificar prestaciones.
- Decathlon (Quechua/Forclaz) – No es una marca única sino la línea de montaña de la cadena Decathlon, pero merece mención. Quechua es la gama orientada a senderismo/camping y Forclaz la orientada a trekking/backpacking más técnico. Sus productos son extremadamente populares en España por su precio asequible y cumplidor. Desde las básicas chaquetas impermeables MH100, polares Forclaz 50, hasta modelos más avanzados (Forclaz Trek 500, etc.), equipan a multitud de principiantes y senderistas ocasionales. Si bien no buscan la máxima durabilidad o tecnicidad como otras marcas, ofrecen una relación calidad/precio imbatible para iniciarse o equiparse con presupuesto ajustado. Muchos montañeros combinan piezas de Decathlon con otras de marcas top según prioridad.
Otras marcas notables: Montane, Rab, Berghaus, Millet, Haglöfs, Black Diamond, Lowe Alpine, Ferrino, +8000, Izas, entre otras, también ofrecen excelentes productos en ropa de trekking. Cada marca suele tener su especialidad o punto fuerte (por ejemplo, Rab es muy reconocida en sacos de dormir y chaquetas de plumas; Millet y Berghaus, pioneras europeas en ropa de montaña; Haglöfs de Suecia destaca en diseños minimalistas; Izas y +8000 son españolas con buena relación calidad-precio orientadas a trekking moderado).
En definitiva, al elegir marca fíjate en tus necesidades y presupuesto. Las marcas premium ofrecen rendimiento superior en condiciones extremas y mayor duración, mientras que marcas económicas te permiten empezar sin gastar tanto, a costa de quizá menor refinamiento. Lo bueno es que hoy en día incluso las opciones asequibles cumplen razonablemente su función. Puedes perfectamente hacer grandes trekkings vestido de pies a cabeza con marcas modestas y no tendrás problema, siempre que la prenda esté bien elegida. Eso sí, a medida que te adentres en rutas más desafiantes, puede valer la pena invertir en algún equipo de alta gama que te de ese plus de confianza y comodidad en situaciones límite.
Todas las marcas mencionadas tienen presencia en España ya sea en tiendas físicas especializadas, grandes superficies deportivas o tiendas online. Antes de comprar, lee reseñas, pruébate las tallas (que pueden variar por marca) y si es posible, aprovecha épocas de rebajas para equiparte mejor. La ropa de trekking, bien cuidada, puede durarte muchos años de aventuras, así que elegir buenas marcas es una inversión en futuras experiencias al aire libre